lunes, 10 de marzo de 2014

KRAKEN

Debajo de los truenos, montañas y aire; lejos, lejos del mar abismal, surge el inmortal KRAKEN, los rayos débiles del sol lo alcanzan a tocar, como un pulpo gigante, con sus enormes tentáculos asecha las profundidades del mar. Probablemente no haya habido un monstruo marino legendario más aterrorizante que el KRAKEN. De acuerdo con las historias, esta enorme criatura de múltiples brazos podía alcanzar la altura del mástil principal de un navío. Se dice que el KRAKEN era capáz de atacar un barco, abrazarlo por el casco y hacerlo zozobrar ocasionando que la tripulación se ahogase o fuese devorada por el monstruo. Las primeras narraciones sobre el Kraken provienen de la Noruega del siglo XII y se refieren a una criatura del tamaño de una isla. La transformación del monstruo mítico llamado "KRAKEN" en el calamar gigante muy real, aunque también monstruoso, representa, probablemente, la anécdota más instructiva de toda la historia de la cacería de monstruos. "Un árbol arrancado de raíz" pudiera ser una descripción exácta de un calamar gigante, no obstante, un monstruo de seis 0 7.3 metros es un pigmeo en comparación con el KRAKEN clásico, tal como lo describe el obispo Erik Ludvigen Pontoppidan en su monumental volumen the natural history of norway, escrito en 1752, Pontoppidan llama al KRAKEN
"indudablemente el monstruo marino más grande del mundo". Tal como el lo describe seguramente lo fué el obispo apunto que su circunferencia alcanzaba hasta 2.4 kilómetros, "Algunos dicen que más", pero el obispo se inclinaba por la estimación más conservadora de los 2.4 kilómetros. El KRAKEN era tan enorme que, al descansar cerca de la superficie, se le confundía, a veces, con una isla o una serie de pequeñas islas. La "bestia islena", es decir, un animal marino de tamaño tal que se le consideraba una isla, ha aparecido en las leyendas marinas des la antigüedad. Sin embargo, aparte de las magnitudes increíbles y físicamente imposibles del KRAKEN de Pontoppidan, la descripción contiene algunas características sugerentes. Es "redondo, plano y lleno de brazos y ramas". "Puesto que, con toda probabilidad puede suponerse que este enorme animal marino es de la especie de pulpo o de la estrella de mar... Parece que las partes que se contemplan en alto y son llamadas "brazos", constituyen, propiamente sus tentáculos". Pontoppidan afirmó que, pese a que el animal poseía fuerzas suficientes para arrastrar hasta el fondo incluso a la nave más grande, "no hay noticias de que alguna vez haya causado daños graves".Salvo, por supuesto, a quienes no volvieron para contarlo. Un entusiasta y joven naturalista frances llamado Denys de Montfort quien cayó seriamente en la realidad del KRAKEN, de Montfort pasó mucho tiempo con un grupo de balleneros estadounidenses, quienes se enconraban establecidos en el puerto frances de Dunkerke. Entre ellos escuchó muchas historias fantásticas acerca de los encuentros con la gigantesca bestia marina de muchos brazos. Un capitán le contó a de Montfort sobre el hallazgo de lo que pensó era una enorme serpiente. La "serpiente" resultó ser un brazo cortado de algún enorme calamar o Pulpo. Fué posible reconocerlo debido a sus ventosas. El simple brazo medía 13.7 metros de largo. De Montfort llegó a la conclusión de que había, en realidad, dos tipos de animales marinos gigantes: El pulpo "KRAKEN". Probablemente un calamar gigante y un "pulpo colosal" o verdadero pulpo gigante. De Montfort opinaba que el pulpo "KRAKEN era un animal mas bien pacífico mientras que el pulpo colosal representaba al monstruo furioso que hundía los barcos y figuraba en tantos relatos de los marinos. No obstante, Bernard Heuvelmans, el criptozoologo belga, opina que de hecho es posible que estemos subestimando el tamaño del monstruo, señala las grandes cicatrices circulares que se encuentran sobre la piel de algunas ballenas. Éstas cicatrices se deben, casi con seguridad, a las ventosas de los calamares gigantes. Se sabe que las ballenas comen calamares, y la especie gigante sin duda se resiste a convertirse en alimento y lucha, las cicatrices son casi dos veces más grandes que las que hubieran podido producir las ventosas del calamar de Thimble Tickle, lo cuál indíca que el calamar que las produce puede ser dos veces más grande, midiendo unos 30 metros de largo y pesando, según estima Heuvelmans, hasta 64 toneladas.

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